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Los barrios populares de Honduras, divididos sobre el retorno del presidente Zelaya


Henry Orrego (AFP) Tegucigalpa
En los barrios pobres de Tegucigalpa, la población parece tan dividida como en el resto de Honduras en torno al golpe de Estado que expulsó al presidente Manuel Zelaya, mientras las organizaciones populares se preparan para garantizar la seguridad del mandatario depuesto a su regreso, previsto inicialmente para este jueves pero retrasado tras el ultimátum de la OEA.

"Siempre hemos vivido con miedo en el estómago, e incluso si seguimos teniendo miedo, no vamos a dejar que derriben el gobierno de los pobres", afirma Pedro Hernández, obrero del barrio de San Miguel.


Zelaya, elegido como candidato conservador a finales de 2005, experimentó un giro a la izquierda durante el año pasado, poniendo en marcha programas copiados de los de los gobiernos populistas de Venezuela y Bolivia, dirigidos a mejorar la alfabetización y la salud. Asimismo, decretó una subida del salario mínimo y rebajó los precios de los carburantes gracias a un préstamo de Caracas.

Ernesto Pérez no está a favor del regreso del presidente depuesto. Para este camionero, que asegura estar en paro debido al cierre de fronteras decretado por países vecinos como Salvador, Guatemala y Nicaragua, lo más urgente es que la gente se calme.

"Sin paz, no habrá trabajo y esto es lo peor para todo el mundo", explica.

Pero la situación es todavía tensa y Laura Pérez, ama de casa de 48 años, asegura que no va a "dejar que los alterados impidan el retorno de Mel [como llaman sus compatriotas a Manuel Zelaya] ".

"Si es necesario, voy a ir al aeropuerto con mis niños para garantizar que pueda bajar del avión", añade esta mujer, que vive en una de las colinas desde donde se divisa el aeropuerto de la capital.

Este miércoles, el ministro de Asuntos Exteriores del gobierno de transición de Roberto Micheletti, no reconocido por la comunidad internacional, aseguraba que Zelaya sería arrestado si volvía a Honduras, donde la Justicia le acusa de 18 cargos.

"Más de 25.000 hondureños están dispuestos a bloquear el aeropuerto" para impedir su retorno, aseguró Enrique Ortez.

Pero los partidarios a Zelaya, unidos bajo el Bloque popular, aseguran que van a proteger al presidente derrocado cuando descienda del avión.

Según Salomón Orellana, dirigente de una asociación que defiende el retorno de Zelaya en el oeste del país, decenas de coches y autobuses ya han partido hacia Tegucigalpa, pero algunos han sido bloqueados por los partidarios del nuevo régimen.

"Han disparado a los neumáticos de 27 vehículos, pero los hemos reemplazado y vamos a retomar la ruta, para llegar el sábado, si Dios quiere, a ayudar al retorno de Mel", añadió.

Mientras tanto, partidarios y detractores de Zelaya se preparan para manifestarse de nuevo este jueves por las calles de Tegucigalpa

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